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Los transmisores de nivel por radar de onda guiada pueden equiparse con varillas o cables metálicos diseñados para soportar altas temperaturas y presiones, así como sondas resistentes a la corrosión fabricadas con materiales como acero inoxidable 316L o Hastelloy. La señal de medición viaja directamente a través de la guía de ondas, por lo que no se ve afectada por el vapor ni los gases corrosivos del entorno. Este diseño mantiene la medición estable y precisa incluso en entornos exigentes, donde las altas temperaturas, la presión o los gases corrosivos normalmente afectarían a otros tipos de sensores.

Los transmisores de radar de onda guiada proporcionan lecturas más estables porque la señal viaja directamente a través de la sonda en contacto con el medio. La espuma o el vapor no interfieren en la medición, por lo que las lecturas se mantienen constantes. Los radares FMCW (onda continua de frecuencia modulada) no entran en contacto directo con el medio, por lo que su señal puede verse afectada por la espuma o el vapor. En este caso, las lecturas pueden volverse ligeramente menos estables o presentar pequeñas variaciones.

En líquidos que contienen gas, los transmisores de radar de onda guiada mantienen su precisión gracias a la compensación automática que se ajusta a las interferencias de la señal. En líquidos más espesos o muy viscosos, con el tiempo, puede acumularse material en la sonda, lo que puede afectar la precisión de la medición. Para mantener lecturas consistentes y fiables, es necesario limpiar la sonda con regularidad y realizar un mantenimiento adecuado del sensor para garantizar un rendimiento estable a largo plazo.